Tuvo varios gestos hacia el régimen de Franco, e incluso celebró la alianza entre España y la Alemania de Hitler; asimismo salió beneficiado económicamente por el gobierno, mientras Picasso (abiertamente republicano) vivía en el exilio.
A pesar de sus inclinaciones fascistas, el genio de Dalí es innegable, y al final de la Segunda Guerra Mundial entabló amistad con Walt Disney, lo que hizo que ambos fraguaran un proyecto común. Aunque nunca se concretó mientras estaban ambos vivos.
Los bocetos del trabajo animado fueron retomados por el heredero de Disney, Walt Roy, y para los que se contrató al director Dominique Monfery. El resultado: un paseo animado por las más grandes obras de Dalí con el toque de la animación de Disney que fue nominado al Óscar en 2004 por Mejor Cortometraje Animado. Si bien, no ganó, es una delicia mirarlo.
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